09 octubre 2011
Tras nuestra estancia en Mongolia, nos encontramos ya en el tren camino de Zamyn Uud, no sin antes disfrutar de nuestra última tarde aquí y cenar entre otras cosas un combinado “dudoso” de carne de oveja, patata y pasta que Javi ha comprado en una estación.
Mañana tendremos que estar listos temprano para cruzar la frontera con China y abandonar este bonito país:
“La verdad es que Mongolia es una tierra de contrastes toda ella, por un lado la diferencia de vida entre Ulan Bator y el resto del país y por otro las propias diferencias que se encuentran recorriéndola más profundamente. En una semana hemos pasado de montañas nevadas y temperaturas de hasta -8ºC a estepa y dunas con temperaturas durante el día de 20-25ºC, pasando por ríos, tundra, monasterios en lugares increíbles y viendo la presencia de distintos tipos de animales en función de las condiciones de cada sitio: Caballos, vacas, ovejas, cabras y Yaks en zonas frías y sobretodo cabras, ovejas y camellos en zonas más cálidas…. Una tierra para conocer sin duda”
Nos despertamos en el tren (este también era muy viejuno) y tras despedirnos de este medio de transporte que nos ha acompañado durante gran parte de viaje, llegamos a la frontera con China.
Gracias a Bilget, una señora nos está esperando en la estación para acompañarnos a un autobús que nos cruzará a China (sino nos hubiéramos buscado la vida pero habría sido más complicado) y tras subirnos a él vamos primero a una especie de estación donde pagamos y damos los pasaportes para preparar nuestros billetes (¿volverán?). De aquí y tras recuperar estos llegamos a la frontera, la situación aquí es un caos parecido al de UB con coches que van por donde quieren, Jeeps que adelantan por donde no se puede para llegar antes y gente pitando todo el rato. Al final nos toca, pasamos la frontera Mongola, luego tierra de nadie y finalmente el control de entrada a China. Tras cuatro horas y media de tensiones, dudas, carreras, controles y algún que otro empujón al estilo mongol… YA ESTAMOS EN CHINA! Nuestro último destino de este gran viaje.
Estamos en Erlian que es el primer pueblo de China tras la frontera y lo primero que hacemos es comprar los billetes del sleeping bus para Beijing. La verdad es que los conseguimos sin mucho problema y nos damos una vuelta por el pueblo que no tiene en realidad mucho que ver. Comemos algo y entramos en internet en un ciber aunque como aquí en China está casi todo restringido no podemos hacer demasiado.
A las 15:30 cogemos el bus que es para verlo en las fotos. Tres filas de literas muy muy estrechas (casi no quepo ni yo) en un autobús normal reconvertido para ser coche cama.
No se va mal del todo pero como las carreteras son lo peor y además aquí conducen muy mal, vamos dando tumbos todo el rato. Cenamos algo en una de las paradas y poco a poco nos vamos durmiendo uno tras otro hasta que a las 4am nos despiertan ya en algún lugar desconocido para nosotros de Beijing. Gracias a Doogie, una chica ¿Móngola? que vive aquí, cogemos un taxi (bueno un coche normal que ejerce de ello) que por un precio razonable, 80 yuanes los cuatro, nos lleva al Jade hostel donde nos alojamos. La verdad es que el hostel está bastante bien ubicado y además nosotros hemos tenido la suerte de que nos han dejado hacer el check in a las 5 de la mañana así que tras ver unas camas de “verdad” después de mucho tiempo nos decidimos a darnos una duchas tras…. ¡9 DIAS! sin hacerlo. Yo claro no lo hago porque no puedo y además así sigo teniendo el color que me va dando la vida pero todos los demás se quitan mucha mucha roña de encima.
Salimos del hostel para coger el metro y tras familiarizarnos con este (esta casi todo escrito en Ingles por lo que es fácil entenderse) llegamos a la parada de autobús que nos lleva a la GRAN MURALLA CHINA. La parada de autobús está a unos 5 minutos de la estación de metro de Dong Zhi Men, saliendo de esta por la puerta principal que es la de la estación de autobuses hay que ir hacia la izquierda hasta el primer cruce y girar aquí otra vez a la izquierda, luego andar unos 500 metros hacia donde se van viendo los autobuses. En realidad veníamos con la idea de coger el autobús 936 ya que habíamos leído el número en algún blog pero tras preguntar en la parada nos dicen que para ir a Mutianyu (el tramo de muralla que hemos decidido visitar ya que no es el más turístico pero está relativamente cerca) tenemos que coger el 867 que pasa a las 7 y a las 8:30 para ir y vuelve a las 14 y a las 16h.
Desayunamos mientras esperamos unos crepes bastante buenos que compramos por la calle y donde ya nos timan unos yuanes por ser turistas… bueno la verdad es que en total solo son 4 así que no es muy grave ya que son unos 50 céntimos. Tardamos bastante más de lo esperado en llegar, dos horas y media, pero finalmente ya estamos en ¡LA GRAN MURALLA! Subimos andando y aunque hay mucha bruma (Pekin está casi siempre así y no sabemos si es polución o que) la imagen es grandiosa y la sensación aún más ya que estamos en uno de los puntos más míticos del mundo. Andamos muralla arriba un buen rato y hacemos mil fotos hasta que decidimos volver ya que tenemos que coger el autobús a las 14h si queremos ver cosas en Beijing.
Para bajar utilizamos un… ¡TOBOGAN! bastante turístico y caro pero que es muy divertido y rápido. Yo bajo con Javi y lo pasamos genial hasta que nos encontramos con unos lentos que nos retrasan la bajada. Ya abajo compramos agua y castañas haciendo uso por primera vez de nuestra capacidad de regateo (bastante limitada por cierto) y cogemos de nuevo el autobús en la parada que está en el parking nº1 muy cerquita de la entrada a la muralla.
Nos bajamos antes de llegar a la estación al lado de un metro pensando que así llegaremos más rápido y tras descubrir varias líneas de el transporte chino y andar un rato llegamos a Sanlitun, un barrio al lado del antiguo estadio de los trabajadores que está bastante renovado y donde se mezclan restaurantes chinos algo más tradicionales y mercados antiguos con grandes rascacielos modernos, centros comerciales y bares y pubs como los que se pueden encontrar en cualquier capital europea. La verdad es que da la sensación general de que Beijing se ha capitalizado mucho tras la apertura económica y eso se refleja por las calles. Además, en las pocas horas que llevamos en China hemos podido comprobar algunos de los tópicos que se dicen sobre este país:
- En China hay muchos chinos.
- No hay ningún respeto por el orden en las colas (Aunque esto es extrapolable al resto del viaje).
- Escupen todo el rato y por todas partes haciendo mucho ruido.
Y algunos más que ahora mismo no recuerdo.
Damos una vuelta y nos vamos hacia Wan Fu Jing que está ya en la zona más céntrica y comercial de Beijing. Nos metemos en un mercado que no es el típico nocturno que habíamos leído en las guías pero que también está orientado al turismo, aunque en realidad vemos muchísimo más turismo nacional que internacional.
Aquí hay muchas cosas para comprar como souvenir y muchas cosas para comer, algunas más dudosas que otras. Probamos unas bolas de ¿patata? que no tienen mucho sabor y una crepe con sabor a césped. Luego unos pinchos de carne, unas patas de sepia y finalmente… ¡escorpiones!
La verdad es que estos sí que los tienen para el turismo pero sin duda teníamos que probarlos.
A continuación tengo que contaros algo muy importante así que lo haré en mi último post.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario