09 octubre 2011
¡Hola a todos!
Papas, familia, amigos y todos aquellos que me hayáis seguido en mis viajes y aventuras a lo largo de este tiempo.
Os escribo todavía desde China donde he tomado la decisión más difícil de mi vida, seguir mi sueño sin la compañía de lo que más quiero, mi familia. Tengo ya casi cinco años, que para un cerdito como yo ya son muchos, y no quería volver a España sino seguir conociendo mundo antes de que sea demasiado tarde. Sé que mis papas algún día darán también la vuelta al mundo y a lo mejor nos encontramos por otras tierras pero con mi edad no podía esperar más. Si hubiera intentado despedirme de alguna otra manera me habría sido imposible marcharme así que ayer en el mercado nocturno tomé la drástica decisión de hacerlo de esta forma, ¿os acordáis del señor Wilson en la película de náufrago?
Mis papis siempre dicen que los sueños y el destino hay que buscarlos así que sé que todos entenderéis mi decisión porque me queréis mucho. Ellos estarán bien sabiendo que yo soy feliz y yo estaré bien allí donde vaya tratando de hacer feliz a la gente y llevando a cabo mis sueños.
Si alguna vez tengo un hermanito quererle tanto como a mí, seguro que a él también le gustará compartir con vosotros todo lo que yo he compartido y querrá viajar y acompañaros en vuestro periplo por el mundo.
Siempre os llevaré conmigo y sé que vosotros también haréis lo mismo conmigo. Si puedo alguna vez, os haré llegar noticias mías desde allá donde este.
¡¡Hasta siempre!!
COCHET
Tras nuestra estancia en Mongolia, nos encontramos ya en el tren camino de Zamyn Uud, no sin antes disfrutar de nuestra última tarde aquí y cenar entre otras cosas un combinado “dudoso” de carne de oveja, patata y pasta que Javi ha comprado en una estación.
Mañana tendremos que estar listos temprano para cruzar la frontera con China y abandonar este bonito país:
“La verdad es que Mongolia es una tierra de contrastes toda ella, por un lado la diferencia de vida entre Ulan Bator y el resto del país y por otro las propias diferencias que se encuentran recorriéndola más profundamente. En una semana hemos pasado de montañas nevadas y temperaturas de hasta -8ºC a estepa y dunas con temperaturas durante el día de 20-25ºC, pasando por ríos, tundra, monasterios en lugares increíbles y viendo la presencia de distintos tipos de animales en función de las condiciones de cada sitio: Caballos, vacas, ovejas, cabras y Yaks en zonas frías y sobretodo cabras, ovejas y camellos en zonas más cálidas…. Una tierra para conocer sin duda”
Nos despertamos en el tren (este también era muy viejuno) y tras despedirnos de este medio de transporte que nos ha acompañado durante gran parte de viaje, llegamos a la frontera con China.
Gracias a Bilget, una señora nos está esperando en la estación para acompañarnos a un autobús que nos cruzará a China (sino nos hubiéramos buscado la vida pero habría sido más complicado) y tras subirnos a él vamos primero a una especie de estación donde pagamos y damos los pasaportes para preparar nuestros billetes (¿volverán?). De aquí y tras recuperar estos llegamos a la frontera, la situación aquí es un caos parecido al de UB con coches que van por donde quieren, Jeeps que adelantan por donde no se puede para llegar antes y gente pitando todo el rato. Al final nos toca, pasamos la frontera Mongola, luego tierra de nadie y finalmente el control de entrada a China. Tras cuatro horas y media de tensiones, dudas, carreras, controles y algún que otro empujón al estilo mongol… YA ESTAMOS EN CHINA! Nuestro último destino de este gran viaje.
Estamos en Erlian que es el primer pueblo de China tras la frontera y lo primero que hacemos es comprar los billetes del sleeping bus para Beijing. La verdad es que los conseguimos sin mucho problema y nos damos una vuelta por el pueblo que no tiene en realidad mucho que ver. Comemos algo y entramos en internet en un ciber aunque como aquí en China está casi todo restringido no podemos hacer demasiado.
A las 15:30 cogemos el bus que es para verlo en las fotos. Tres filas de literas muy muy estrechas (casi no quepo ni yo) en un autobús normal reconvertido para ser coche cama.
No se va mal del todo pero como las carreteras son lo peor y además aquí conducen muy mal, vamos dando tumbos todo el rato. Cenamos algo en una de las paradas y poco a poco nos vamos durmiendo uno tras otro hasta que a las 4am nos despiertan ya en algún lugar desconocido para nosotros de Beijing. Gracias a Doogie, una chica ¿Móngola? que vive aquí, cogemos un taxi (bueno un coche normal que ejerce de ello) que por un precio razonable, 80 yuanes los cuatro, nos lleva al Jade hostel donde nos alojamos. La verdad es que el hostel está bastante bien ubicado y además nosotros hemos tenido la suerte de que nos han dejado hacer el check in a las 5 de la mañana así que tras ver unas camas de “verdad” después de mucho tiempo nos decidimos a darnos una duchas tras…. ¡9 DIAS! sin hacerlo. Yo claro no lo hago porque no puedo y además así sigo teniendo el color que me va dando la vida pero todos los demás se quitan mucha mucha roña de encima.
Salimos del hostel para coger el metro y tras familiarizarnos con este (esta casi todo escrito en Ingles por lo que es fácil entenderse) llegamos a la parada de autobús que nos lleva a la GRAN MURALLA CHINA. La parada de autobús está a unos 5 minutos de la estación de metro de Dong Zhi Men, saliendo de esta por la puerta principal que es la de la estación de autobuses hay que ir hacia la izquierda hasta el primer cruce y girar aquí otra vez a la izquierda, luego andar unos 500 metros hacia donde se van viendo los autobuses. En realidad veníamos con la idea de coger el autobús 936 ya que habíamos leído el número en algún blog pero tras preguntar en la parada nos dicen que para ir a Mutianyu (el tramo de muralla que hemos decidido visitar ya que no es el más turístico pero está relativamente cerca) tenemos que coger el 867 que pasa a las 7 y a las 8:30 para ir y vuelve a las 14 y a las 16h.
Desayunamos mientras esperamos unos crepes bastante buenos que compramos por la calle y donde ya nos timan unos yuanes por ser turistas… bueno la verdad es que en total solo son 4 así que no es muy grave ya que son unos 50 céntimos. Tardamos bastante más de lo esperado en llegar, dos horas y media, pero finalmente ya estamos en ¡LA GRAN MURALLA! Subimos andando y aunque hay mucha bruma (Pekin está casi siempre así y no sabemos si es polución o que) la imagen es grandiosa y la sensación aún más ya que estamos en uno de los puntos más míticos del mundo. Andamos muralla arriba un buen rato y hacemos mil fotos hasta que decidimos volver ya que tenemos que coger el autobús a las 14h si queremos ver cosas en Beijing.
Para bajar utilizamos un… ¡TOBOGAN! bastante turístico y caro pero que es muy divertido y rápido. Yo bajo con Javi y lo pasamos genial hasta que nos encontramos con unos lentos que nos retrasan la bajada. Ya abajo compramos agua y castañas haciendo uso por primera vez de nuestra capacidad de regateo (bastante limitada por cierto) y cogemos de nuevo el autobús en la parada que está en el parking nº1 muy cerquita de la entrada a la muralla.
Nos bajamos antes de llegar a la estación al lado de un metro pensando que así llegaremos más rápido y tras descubrir varias líneas de el transporte chino y andar un rato llegamos a Sanlitun, un barrio al lado del antiguo estadio de los trabajadores que está bastante renovado y donde se mezclan restaurantes chinos algo más tradicionales y mercados antiguos con grandes rascacielos modernos, centros comerciales y bares y pubs como los que se pueden encontrar en cualquier capital europea. La verdad es que da la sensación general de que Beijing se ha capitalizado mucho tras la apertura económica y eso se refleja por las calles. Además, en las pocas horas que llevamos en China hemos podido comprobar algunos de los tópicos que se dicen sobre este país:
- En China hay muchos chinos.
- No hay ningún respeto por el orden en las colas (Aunque esto es extrapolable al resto del viaje).
- Escupen todo el rato y por todas partes haciendo mucho ruido.
Y algunos más que ahora mismo no recuerdo.
Damos una vuelta y nos vamos hacia Wan Fu Jing que está ya en la zona más céntrica y comercial de Beijing. Nos metemos en un mercado que no es el típico nocturno que habíamos leído en las guías pero que también está orientado al turismo, aunque en realidad vemos muchísimo más turismo nacional que internacional.
Aquí hay muchas cosas para comprar como souvenir y muchas cosas para comer, algunas más dudosas que otras. Probamos unas bolas de ¿patata? que no tienen mucho sabor y una crepe con sabor a césped. Luego unos pinchos de carne, unas patas de sepia y finalmente… ¡escorpiones!
La verdad es que estos sí que los tienen para el turismo pero sin duda teníamos que probarlos.
A continuación tengo que contaros algo muy importante así que lo haré en mi último post.
08 octubre 2011
Cuarta jornada.
Nos levantamos a -2º, desayunamos, recogemos y tras pagar (20.000 Tugriks de nuevo) nos ponemos en ruta… vamos dejando la estepa y nos metemos poco a poco en el desierto. Primero el Gobi medio… parece que estemos en medio de la nada… bueno ESTAMOS en medio de la nada, km y km sin ver ni un resquicio de vida.

Estamos rodeados de arena, piedras y lo que parecen grandes extensiones de agua que resultan ser auténticos espejismos… que curioso! Pasamos por las Moltzog Els, que son unas dunas de arena rojiza que aparecen de repente, y seguimos en la nada hasta llegar a Bayanzag, primera parada prevista del día. Damos una vueltecilla por estas colinas arenosas que parecen dunas solidificadas llenas de “saxaul” unos arbustos típicos de aquí.

Esta zona es conocida por que en ellas se encontraron hace casi 100 años un montón de huesos y huevos de dinosaurio. Y desde aquí avanzamos un poco en el jeep para llegar a las “Flaming Cliffs” una especie de cañón formado por esta arena rojiza petrificada donde coincidimos con uno de los colegas que hicimos en el tren de Irkutsk.

Estamos rodeados de arena, piedras y lo que parecen grandes extensiones de agua que resultan ser auténticos espejismos… que curioso! Pasamos por las Moltzog Els, que son unas dunas de arena rojiza que aparecen de repente, y seguimos en la nada hasta llegar a Bayanzag, primera parada prevista del día. Damos una vueltecilla por estas colinas arenosas que parecen dunas solidificadas llenas de “saxaul” unos arbustos típicos de aquí.
Esta zona es conocida por que en ellas se encontraron hace casi 100 años un montón de huesos y huevos de dinosaurio. Y desde aquí avanzamos un poco en el jeep para llegar a las “Flaming Cliffs” una especie de cañón formado por esta arena rojiza petrificada donde coincidimos con uno de los colegas que hicimos en el tren de Irkutsk.
Seguimos por el desierto y de nuevo aparece un pueblo: Bulgan, donde sin esperarlo nos encontramos varias sorpresas. Primero una carrera de caballos donde los jinetes son niños. Vemos la salida, se supone que durara un hora así es que mientras nos da tiempo a comer. Hoy comemos en un ger donde solo hay empanadas fritas de esas que comimos hace un par de días. Nos sirve. Mientras las preparan nos acercamos a un sitio donde están haciendo lucha. Se ve que hoy han inaugurado un templo nuevo y hay una fiesta. No es muy usual ver lucha tradicional hoy en día. Solo hay dos categorías, niños y hombres. A partir de 16 años compiten todos juntos, por lo que se ven combates muy desigualados, medio chiquillos con tiarrones, Van vestidos con unas mangas y un calzoncillo y se pelea en medio del pueblo, en la tierra.

Mientras vemos las peleas nos ofrecen desde el recinto del templo una taza de Airag (que es como un yogur agrio), unos trozos de yogur deshidratado, pan, y un cuenco con vodka… es la celebración de una nueva stupa, y lo comparten con nosotros… lo agradecemos, lo probamos todos… el airag solo le gusta a Javi y lo del vodka antes de comer… imaginad, que pelotazo!
Mientras vemos las peleas nos ofrecen desde el recinto del templo una taza de Airag (que es como un yogur agrio), unos trozos de yogur deshidratado, pan, y un cuenco con vodka… es la celebración de una nueva stupa, y lo comparten con nosotros… lo agradecemos, lo probamos todos… el airag solo le gusta a Javi y lo del vodka antes de comer… imaginad, que pelotazo!
Se hace la hora de comer y vamos al ger. Nos comemos cuatro empanadas cada uno, un poco de te mongol y tras pagar (7000 tugriks los 4) nos vamos a ver la llegada de la carrera de caballos … salimos a la vez nosotros y todos los mongoles que estaban viendo la lucha (de hecho se quedan dos ahí luchando solicos) pero cuando llegamos sólo vemos llegar al último… ya ha terminado (el de megafonía de la lucha podía haber avisado antes pues hemos llegado TODOS tarde). De repente nos llaman, nos encontramos con Barbara y Barry, nuestros compañeros canadienses de Kupe entre Irkustk y UB. Qué pequeño es el mundo… compartimos un rato de charradica, la verdad es que son muy majos… nos hacemos una foto, intercambiamos mails y nos despedimos de nuevo. ¡Esperamos volver a encontrarnos por el mundo! Volvemos al jeep, llenamos la garrafa de agua y seguimos ruta, pasamos por otro cañón donde nos dijo Mejet que se podían ver animales, pero no vimos ni uno. Hoy tenemos que llegar a los pies de la gran duna (Khongoryn Els) que aún nos queda un rato. De camino en medio de la nada encontramos camellos, sueltos, en grupos etc. cada uno a su rollo, son peludos y muy graciosos!

Llegamos sobre las 6:30 de la tarde… no da tiempo a subir hoy, iremos mañana. Vemos como ordeñan a las hembras de camello es curioso, sacan muy poca leche de cada una, unos 500ml al día, y la lactación dura alrededor de un año. Paseamos por la zona, atardece y empieza a refrescar, así es que nos metemos pronto el en ger, cenamos noodles, y puré de patatas con un preparado de huevos revueltos con cebolla de esos que tienen en el decathlon para comidas por el monte… pse. Como no hay estufica nos metemos pronto en el saco.
Llegamos sobre las 6:30 de la tarde… no da tiempo a subir hoy, iremos mañana. Vemos como ordeñan a las hembras de camello es curioso, sacan muy poca leche de cada una, unos 500ml al día, y la lactación dura alrededor de un año. Paseamos por la zona, atardece y empieza a refrescar, así es que nos metemos pronto el en ger, cenamos noodles, y puré de patatas con un preparado de huevos revueltos con cebolla de esos que tienen en el decathlon para comidas por el monte… pse. Como no hay estufica nos metemos pronto en el saco.
Quinta jornada:
Nos levantamos algo más pronto de lo habitual y tras desayunar y recoger nos vamos a subir a la duna. Hace un día buenísimo, sol pero el airecillo es fresco por lo que no nos torraremos demasiado (esperamos) hay un paseo hasta los pies de la duna, atravesamos riachuelillos y tramos de agua estancada donde hay caballos bebiendo… vamos saltando uno tras otro y alguno se moja los pies, pero nada grave. Llegamos a los pies de la duna y empezamos a subir, al principio no parece difícil, pues está la arena medianamente dura, pero poco a poco la pendiente aprieta y se hace más cuesta arriba…nunca mejor dicho. El último tramo es de esos que das un paso hacia delante y caes dos hacia atrás , pero conseguimos llegar hasta arriba (incluso hay que apoyar las manos en algún trocillo). Hace bastante aire y la arena se mueve sin parar, se nos mete en los bolsillos, zapatillas, orejas… menos mal que llevamos la cámara dentro de una bolsa de plástico hermética que ya nos habían avisado…se ve arena por todas partes, son unos 12km de ancho y más de 100 de largo… está chulo.
Después de las pertinentes fotos cimeras nos lanzamos a tumba abierta para abajo. Corriendo por la arena bajamos en cinco minutos. Nos reímos un montón… qué ratico más bueno. Eso sí, tenemos tanta arena dentro de las zapatillas que parece que llevemos plataformas.
Después de las pertinentes fotos cimeras nos lanzamos a tumba abierta para abajo. Corriendo por la arena bajamos en cinco minutos. Nos reímos un montón… qué ratico más bueno. Eso sí, tenemos tanta arena dentro de las zapatillas que parece que llevemos plataformas.
Volvemos paseando al ger (cada vez que dijo ger me acuerdo de mi tío J Hola Ger!), nos cambiamos de ropa y nos intentamos quitar toda la arena posible pero está complicado, no para de salir. Pagamos (tarifa estándar) y seguimos ruta. Mejet nos avisa de que hoy comeremos tarde porque hemos ganseado un poco y salimos algo después de lo esperado. Así es que damos buena cuenta del paquete de jamón que nos quedaba con queso de camello que nos da la señora del ger antes de ponernos en ruta. Le damos jamón. No sabemos si le mola o qué. Seguimos de ruta por el gobi paralelos a la gran duna hasta que se termina la arena, de nuevo km y km de la nada absoluta.
Llegamos de pronto a un pueblo, Bayandalai, donde Mejet busca algún sitio para comer, vamos a un localete donde solo tienen dim sum al vapor, nos pedimos 4 (Mejet dice que mejor 5 y le hacemos caso), y él se pidió 10!! Sacan unas pastas caseras algo dulces buenísimas y nos pedimos un té mongol… ya somos casi de aquí. El pueblo es como otros que hemos visto, calles anchísimas con hileras de casas tras vallas de madera a trozos, alguna tienda y poco más.
Llegamos de pronto a un pueblo, Bayandalai, donde Mejet busca algún sitio para comer, vamos a un localete donde solo tienen dim sum al vapor, nos pedimos 4 (Mejet dice que mejor 5 y le hacemos caso), y él se pidió 10!! Sacan unas pastas caseras algo dulces buenísimas y nos pedimos un té mongol… ya somos casi de aquí. El pueblo es como otros que hemos visto, calles anchísimas con hileras de casas tras vallas de madera a trozos, alguna tienda y poco más.
Después de comer seguimos ruta y pasamos por un cañón superchulo (Dugany Am) donde parece que no va a caber el jeep entre las montañas, hay un riachuelo que discurre por dentro del cañón y Mejet nos dice que hay muchos meses del año que por aquí no se puede pasar. Es muy bonito.

Además tenemos suerte y vemos un grupo grande de Ibex que estaban bebiendo agua y echan a correr. Mejet saca los prismáticos y se ve de lujo. Aprovechamos y los chicos se lavan la cabeza con agua del riachuelo que está heladísima… al menos algo de arena se va, peo no toda. Seguimos y de repente: rueda en el suelo. Hay un clavo gordísimo clavado en la rueda y se ha deshinchado del todo, En menos de 10 minutos la cambiamos y seguimos, Qué profesional!. Un rato después llegamos a Yolin Am, un cañón donde se supone que hay “hielos perpetuos”, decidimos recorrerlo a caballo, así es que alquilamos cuatro y allá vamos! Damos un poco de risa pues no tenemos mucha experiencia en estos temas, pero es muy entretenido. Aprendemos nuestras primeras palabras en mongol, algo así como ”Tsu, tsu” o “tchu, tchu” que es lo que se le dice a los caballos para que avancen… lo que viene siendo “arre” en castellano… hielo se ve poco, ahora están solo en formación, por lo que vemos lo que será la cascada helada en unos meses, pero aún así el cañón es bonito y el paseo en caballo tiene su gracia.

Al parecer esto se creó como reserva de pájaros, y hay bastantes locales mirando con prismáticos. Nos dicen que hay cinco águilas por ahí, pero por más que miramos no vemos nada.
Además tenemos suerte y vemos un grupo grande de Ibex que estaban bebiendo agua y echan a correr. Mejet saca los prismáticos y se ve de lujo. Aprovechamos y los chicos se lavan la cabeza con agua del riachuelo que está heladísima… al menos algo de arena se va, peo no toda. Seguimos y de repente: rueda en el suelo. Hay un clavo gordísimo clavado en la rueda y se ha deshinchado del todo, En menos de 10 minutos la cambiamos y seguimos, Qué profesional!. Un rato después llegamos a Yolin Am, un cañón donde se supone que hay “hielos perpetuos”, decidimos recorrerlo a caballo, así es que alquilamos cuatro y allá vamos! Damos un poco de risa pues no tenemos mucha experiencia en estos temas, pero es muy entretenido. Aprendemos nuestras primeras palabras en mongol, algo así como ”Tsu, tsu” o “tchu, tchu” que es lo que se le dice a los caballos para que avancen… lo que viene siendo “arre” en castellano… hielo se ve poco, ahora están solo en formación, por lo que vemos lo que será la cascada helada en unos meses, pero aún así el cañón es bonito y el paseo en caballo tiene su gracia.
Al parecer esto se creó como reserva de pájaros, y hay bastantes locales mirando con prismáticos. Nos dicen que hay cinco águilas por ahí, pero por más que miramos no vemos nada.
Hoy dormimos cerca de aquí, no lo hemos explicado aún pero por las noches dormimos en gers que algunos campesinos tienen al lado del suyo y alquilan a turistas cuando pueden para ganarse algún dinerillo.

Nos gusta este rollo porque pagamos directamente a la gente local, sin intermediarios, a ellos les viene bien y a nosotros no nos sale caro. Son súper serviciales, y aunque no nos entendemos nada en seguida vienen a traernos queso o yogur o dulces caseros, nos traen leña o carbón o lo que hemos bautizado como “ñordos” (excrementos de animales mezclados con tierra y paja y secados al sol) para la estufa. En dos ocasiones hemos tenido bombilla, que se alimentaba de una batería de coche. En el resto de ocasiones que no hay electricidad nos apañamos con velas y los frontales, que tampoco está mal. Las camas sueles ser de tableros de madera y un mini colchón encima (a veces demasiado fino, por lo que suelen ser duritas), otras veces son de somier de muelles que te hundes… vamos que no hay término medio, como en todo por aquí.
Nos gusta este rollo porque pagamos directamente a la gente local, sin intermediarios, a ellos les viene bien y a nosotros no nos sale caro. Son súper serviciales, y aunque no nos entendemos nada en seguida vienen a traernos queso o yogur o dulces caseros, nos traen leña o carbón o lo que hemos bautizado como “ñordos” (excrementos de animales mezclados con tierra y paja y secados al sol) para la estufa. En dos ocasiones hemos tenido bombilla, que se alimentaba de una batería de coche. En el resto de ocasiones que no hay electricidad nos apañamos con velas y los frontales, que tampoco está mal. Las camas sueles ser de tableros de madera y un mini colchón encima (a veces demasiado fino, por lo que suelen ser duritas), otras veces son de somier de muelles que te hundes… vamos que no hay término medio, como en todo por aquí.
Esta noche tenemos estufa y luz, lujo asiático vamos, y nos traen yogurt fresco de leche de camello… está muy bueno.

Jugamos al brandi dog, cenamos, y a dormir, que hay poco combustible para el fuego y nos estamos quedando helados. Antes de dormir un último vistazo al cielo que hoy, de nuevo, está impresionante.
Jugamos al brandi dog, cenamos, y a dormir, que hay poco combustible para el fuego y nos estamos quedando helados. Antes de dormir un último vistazo al cielo que hoy, de nuevo, está impresionante.
Sexta jornada:
Hoy nos hemos levantado un poco más tarde, a las 8:00, y nuestra primera parada ha sido en Dalanzadgad para arreglar la rueda y comprar algunos víveres más en el “bulevar comercial” del pueblo. Hoy toca día de carretera de camino hacia Ulan Bator, pararemos un par de veces por el camino. La primera a comer, en un pueblo (Tsogt Ovoo), donde nos comemos unos noodles buenísimos con un té mongol que sabe a tortitas de arroz en un sitio que es hotel y supermercado a la vez. Hay un montón de gente comiendo en una mesa grande, parece que trabajan en una obra de aquí al lado. Comen en cinco minutos, es una pasada lo veloces que son, Mejet también, come en un suspiro, parece que siempre tiene prisa. Por la tarde continuamos ruta, pasamos por una zona donde hay tres gers y entra a decirle a la señora que hoy dormiremos allí, y nos lleva hasta Tsagaan Tsuvraga, que son como unas formaciones limosas blancas, unas en forma de colinas y otras en forma de cortados de unos 30 metros de alto.

Es muy chulo, hacemos muchas fotos, paseamos por la zona… parece un escenario de esos que salen en Star Wars… volvemos al ger y enfriamos en un pozo (del que cogen agua para dar de beber a los camellos en un abrevadero hecho con una rueda de camión) unas birras que hemos comprado, hacemos un supe aperitivo antes de cenar con birra, queso, salami, cacahuetes y snaks variados mongolos. Coincidimos con un grupo que vienen en una furgo rusa de esas que nos molan. Es la primera vez que coincidimos con turistas en el sitio de dormir. Menos mal que no vino más gente porque no había más gers.
Es muy chulo, hacemos muchas fotos, paseamos por la zona… parece un escenario de esos que salen en Star Wars… volvemos al ger y enfriamos en un pozo (del que cogen agua para dar de beber a los camellos en un abrevadero hecho con una rueda de camión) unas birras que hemos comprado, hacemos un supe aperitivo antes de cenar con birra, queso, salami, cacahuetes y snaks variados mongolos. Coincidimos con un grupo que vienen en una furgo rusa de esas que nos molan. Es la primera vez que coincidimos con turistas en el sitio de dormir. Menos mal que no vino más gente porque no había más gers.
Séptima jornada:
Tras desayunar, recoger y pagar (tarifa estándar) volvemos a la zona de ayer a ver las formaciones limosas con la luz viniendo por el otro lado. En realidad nos gustó más con la luz de ayer. Paramos en una cueva de unos 15m que se entra por un lado y se sale por el otro. Después de nuevo toca jornada de coche… nos vamos resintiendo de los baches del camino, El primer día tenía su gracia pero poco a poco nos va doliendo tó. Hacemos alguna que otra parada técnica y llegamos a comer a Mandalgov, y entramos a un pub donde sirven comidas al más puro estilo Grease, ochentero total. Comemos con birra, unos platos combinados de cordero frito con ajos y sartén de carne con verduras variadas y champiñones, además de ensalada de patata y arroz blanco. Pedimos también unas empanadillas pero no pudimos acabárnoslas y nos las llevamos para el camino. Había un tío un poco piripi en el bar todo lleno de yeso de currar y no paraba de beber birras, vino a saludarnos y nos decía cosas que no entendíamos. De repente vino una señora con ropa de curro similar a la suya ¿su madre? ¿La encargada de la obra? Y le empezó a chillar y lo sacó del bar dándole un cachete. Fue gracioso. Paramos en un taller a soldar una pieza del techo del jeep que hacía un poco de ruido y así Mejet se quedó tranquilo, que iba sufriendo desde que descubrió el ruidito.

Pueblo de Mandalgov
Allí vimos una niña-niño (una niña de unos tres años, con unas caletitas monísimas que de repente se baja los pantalones y se saca la pilila y se pone a hacer pis en la misma puerta del ger. Nos quedamos de piedra!.
Pueblo de Mandalgov
Allí vimos una niña-niño (una niña de unos tres años, con unas caletitas monísimas que de repente se baja los pantalones y se saca la pilila y se pone a hacer pis en la misma puerta del ger. Nos quedamos de piedra!.
Por la tarde seguimos ruta hasta Baga Gazryn Chuluu, donde nos quedamos a dormir. Son unas montañas que aparecen, como todo, en medio de la nada, donde pateamos un poco y Javi, Vane y yo nos subimos al pico más alto (1768m, el Baga Gazryn Uul, y de bajada vimos la puesta de sol que fue muy chuli.
A las 7:30 ya estamos metidos en el ger, jugando al brandi dog y aperitivando, hoy sin birras. Mañana hay que madrugar un poco más así es que antes de las 0:00 ya estamos metidos en el saco.
Octava jornada:
Hoy toca volver a Ulan Bator, que tenemos que coger el tren a las 16:30. Nos levantamos en torno a las 6:30 y a las 7:45 estamos saliendo. Visitamos las ruinas de un monasterio enclavado en medio de unas rocasmuy chulas (el monasterios pse), y seguimos.

En seguida hemos parado porque el coche hacía un ruido raro que sólo oía él. ¿La junta de la trocola? No, eran algo así como la pieza donde van los rodamientos de la rueda, que por suerte llevábamos una de repuesto. Esta reparación ha sido algo más larga, en torno una hora. Han pasado por aquí los de la furgo rusa con los que coincidimos hace unos días y se han parado a echar una mano. Han bajado dos españoles y hemos estado charrando un ratillo… vuelven pasado a España de dar la vuelta al mundo (que envidia!). Ellos se van a Pekin en avión porque han oído que las fronteras están cerradas por ser la semana de fiesta nacional china… que mal rollo, nos vemos tirados en Zamyn Uud!! Se lo decimos a Mejet y llama a Bilegt para que lo confirme.

Una vez reparado seguimos ruta, pasamos por un lago, vemos unas gacelas, y a eso de las 14:30 llegamos a U.B. Vamos directos a la estación, hay un poco de atasco y de nuevo el caos. Llegamos a la estación y comemos algo en un sitio que nos dice Mejet de los alrededores. Viene Bilget, nos confirma que si que está abierta a frontera, desde ayer, y que le ha dicho a unos amigos que vengan a recogernos a la estación y nos lleven a la estación de autobuses, que hay que pillar corriendo sitio, que todo el mundo quiere cruzar la frontera y se monta lio. Nos acompaña a cambiar pasta a Yuanes, nos despedimos de Mejet y Bilget nos acompaña al tren, nos deja en nuestro vagón y se despide de nosotros. Hemos tenido una experiencia muy buena con ellos. No dudaríamos en repetir.
En seguida hemos parado porque el coche hacía un ruido raro que sólo oía él. ¿La junta de la trocola? No, eran algo así como la pieza donde van los rodamientos de la rueda, que por suerte llevábamos una de repuesto. Esta reparación ha sido algo más larga, en torno una hora. Han pasado por aquí los de la furgo rusa con los que coincidimos hace unos días y se han parado a echar una mano. Han bajado dos españoles y hemos estado charrando un ratillo… vuelven pasado a España de dar la vuelta al mundo (que envidia!). Ellos se van a Pekin en avión porque han oído que las fronteras están cerradas por ser la semana de fiesta nacional china… que mal rollo, nos vemos tirados en Zamyn Uud!! Se lo decimos a Mejet y llama a Bilegt para que lo confirme.
Una vez reparado seguimos ruta, pasamos por un lago, vemos unas gacelas, y a eso de las 14:30 llegamos a U.B. Vamos directos a la estación, hay un poco de atasco y de nuevo el caos. Llegamos a la estación y comemos algo en un sitio que nos dice Mejet de los alrededores. Viene Bilget, nos confirma que si que está abierta a frontera, desde ayer, y que le ha dicho a unos amigos que vengan a recogernos a la estación y nos lleven a la estación de autobuses, que hay que pillar corriendo sitio, que todo el mundo quiere cruzar la frontera y se monta lio. Nos acompaña a cambiar pasta a Yuanes, nos despedimos de Mejet y Bilget nos acompaña al tren, nos deja en nuestro vagón y se despide de nosotros. Hemos tenido una experiencia muy buena con ellos. No dudaríamos en repetir.
Después de acostarnos tardecico (entre hacer la cena…tortilla de patatas y longanizas de cordero…mmm, reservar hostel en Pekin, actualizar el blog, duchas varias, etc.) nos despertamos a las 7:30. Nos asomamos por la ventana… ¡sorpresa! ¡Está todo nevado! Ya nos habían dicho que en Mongolia puedes ver cuatro estaciones en un día y así fue, por la mañana solazo, por la tarde tormenta de arena y lluvia, y por la noche… nieve.
Nos recogen Mejet y Bilget a las 8:30, nos traen el programa de la ruta, el recibo de las 2/3 partes del tour que pagamos por adelantado y nos devuelven todo (pasaportes, tarjetas y dinero) menos mal! vamos al súper a aprovisionarnos para ocho días perdidos por ahí (desayunos y cenas, pues se supone que comeremos en “restaurantes” locales). Gastamos 80€… no está mal.
Cargamos el jeep de Mejet hasta arriba entre comida, mochilas, sacos, mantas, gasolina, ruedas de repuesto… es un 4x4 ruso muy robusto. Mola. Salimos, un poco de caos urbanístico más (bueno va, bastante), y rumbo a Khögno Khan Uul (reserva natural). Son muchas horas de carretera (una especie de carretera nacional de las de España) algo cascada, con mucho bache, asfalto levantado, etc. Paramos a poner gasolina, a hinchar las ruedas en una especie de taller que son como casuchas de una planta hechas polvo... en realidad parecen zonas de chabolas. Tuvimos que parar en tres “talleres” hasta que por fin, a la cuarta pudimos hinchar las ruedas. Comimos de camino en un restaurante “to guapo” que nos remonta a varios años atrás. Mesas con hule y una maceta, y nada que te haga saber que eso es un restaurante… hay mesas y un pequeño mostrados como la recepción de un hotel. La carta el mongol: sopas carnes y ensaladas, y de beber tés variados. Pedimos una sopa de verduras y tres platos combinados de cordero, arroz blanco, pisto y col y zanahoria, muy bueno, unos tés para beber todo por 15.000 tugriks (unos 9 euros los cuatro). Al salir de comer aprovechamos para ir al baño (una caseta con suelo de tablones de madera donde falta estratégicamente el del medio y debajo un agujeraco lleno de to lo malo… (Peor que el peor que vimos en Marruecos), y de vuelta al coche oh!! Rueda pinchada. Menos mal que Mejet es un crack y la cambia en menos de 10 minutos. Fuimos a otro taller a arreglarla y seguimos.
Pusimos gasolina varias veces (hay que ver lo que consume el jeep!!) y seguimos ruta… el paisaje es chulo, estepa y montañas, que con la nieve tienen bastante encanto
Pusimos gasolina varias veces (hay que ver lo que consume el jeep!!) y seguimos ruta… el paisaje es chulo, estepa y montañas, que con la nieve tienen bastante encanto
De repente en medio de la carretera Mejet gira y se mete por una zona sin asfaltar, ¡comienza la aventura! Unos 10-12 km por “caminos” que en realidad son huellas que han dejado otros jeeps a su paso durante meses, y llegamos a una zona entre montañas donde ya no se puede seguir más, ahí hay tres gers y un antiguo monasterio en ruinas y otro nuevo. No hay nadie por ahí, Mejet se va a buscar gente y nos dice que nos demos una vuelta… paseamos entre la nieve, las montañas, hacemos fotos…el entorno es muy chulo, un amplísimo valle y al final, encajado entre montañas rocosas, la zona de gers y templos…que pena que esté nublado… vemos aparecer a Mejet con dos camas encima del jeep, parece que dormiremos aquí.
Llegan dos señoras y un señor locales, y empiezan a acondicionar un ger, traen una estufa de leña, forran la parte inferior del ger por fuera, metemos las camas… encienden la estufa con un soplete (a tope) descargamos y nos dan las llaves de los templos para que vayamos a visitarlos.
Al parecer la señora es “monje” de los templos que nos cuenta Mejet que la ultima vez los reconstruyó su abuela, pues fueron destruidos dos veces anteriormente. Se llama Övgön Khiid.
Llegan dos señoras y un señor locales, y empiezan a acondicionar un ger, traen una estufa de leña, forran la parte inferior del ger por fuera, metemos las camas… encienden la estufa con un soplete (a tope) descargamos y nos dan las llaves de los templos para que vayamos a visitarlos.
Al parecer la señora es “monje” de los templos que nos cuenta Mejet que la ultima vez los reconstruyó su abuela, pues fueron destruidos dos veces anteriormente. Se llama Övgön Khiid.
En seguida se está de lujo, hace hasta calor, nos hacemos la cena, cenamos los cinco junticos nos tomamos un té y nos vamos a dormir pronto… ha sido un buen día.
Segunda jornada:
Nos despertamos a las 7:30, se está genial pues han venido a encendernos la estufa de madrugada… desayunamos, recogemos, pagamos (20.000 Tugriks los 4) y seguimos ruta. Hace un día buenísimo: ha salido el sol y parece que hace menos frío que ayer… volvemos a la carretera por otro camino, pasando por una dunas de arena medio nevadas (Mongol Els).
Continuamos por asfalto hasta que por el camino nos encontramos un ovoo es como una montaña de piedras para hacer ofrendas a los dioses y rezar, que hay que dar tres vueltas alrededor y tirar unas piedras para que de buena suerte (o algo así nos cuentan), y varias stupas (son como símbolos-relicarios) que se dice que albergaban las cenizas de los Budas Históricos…
Continuamos por asfalto hasta que por el camino nos encontramos un ovoo es como una montaña de piedras para hacer ofrendas a los dioses y rezar, que hay que dar tres vueltas alrededor y tirar unas piedras para que de buena suerte (o algo así nos cuentan), y varias stupas (son como símbolos-relicarios) que se dice que albergaban las cenizas de los Budas Históricos…
Avanzamos hasta llegar, previo paso por un peaje en esta estupenda carretera, a Kharkhorin, antigua capital de Mongolia cuyo mayor interés hoy en día es que en ella está Erdene Zuu Khiid, que fue el primer monasterio budista del país.
Se dice que en su día tuvo entre 60 y 100 monasterios, pero hoy en día, tras lo que llaman “purgas” de la época de Satalin, se destruyeron todos menos 3. La entrada al monasterio es gratis, pero para ver los templos, hoy museos, se pagan 3500 Tugriks por persona, y hay una guía que habla inglés (con bastante acento) que nos lo explica todo… aunque hay cosas que no acabamos de pillar. Y es que el budismo es todo un mundo, nos enseña distintos budas, animales protectores, máscaras, ofrendas, frescos que narran historias parecidas al infierno y el paraíso Cristianos… y después seguimos ruta por libre. Entramos al templo donde hay una ceremonia con monjes que cantan y dicen cosas que no entendemos, además dan palmas y hacen sonar instrumentos de un modo, a nuestro juicio, descompasado. En la puerta hay un niño pequeño (monje) rezando, tumbándose boca abajo en el suelo y levantándose como si hiciese flexiones sin parar. Creemos que le han castigado por “malo”, al menos en los 40 minutos que hemos paseado por ahí no ha dejado de tumbarse y levantarse… pobrecico! Salimos a ver la tortuga de piedra que hay a 200m a la izquierda de la puerta opuesta a la que hemos entrado…
Dedicada a Ariadna y su familia.
Se supone que había cuatro que marcaban los límites históricos de la ciudad y tenían función apotropaica (dedicado a Ana). Salimos y Mejet nos sube a la colina del Sur del monasterio a ver otra roca en forma de tortuga y otra en forma de pene, que se supone que se hizo para evitar la lujuria de los monjes… hace un poco de risa, la verdad.
Se dice que en su día tuvo entre 60 y 100 monasterios, pero hoy en día, tras lo que llaman “purgas” de la época de Satalin, se destruyeron todos menos 3. La entrada al monasterio es gratis, pero para ver los templos, hoy museos, se pagan 3500 Tugriks por persona, y hay una guía que habla inglés (con bastante acento) que nos lo explica todo… aunque hay cosas que no acabamos de pillar. Y es que el budismo es todo un mundo, nos enseña distintos budas, animales protectores, máscaras, ofrendas, frescos que narran historias parecidas al infierno y el paraíso Cristianos… y después seguimos ruta por libre. Entramos al templo donde hay una ceremonia con monjes que cantan y dicen cosas que no entendemos, además dan palmas y hacen sonar instrumentos de un modo, a nuestro juicio, descompasado. En la puerta hay un niño pequeño (monje) rezando, tumbándose boca abajo en el suelo y levantándose como si hiciese flexiones sin parar. Creemos que le han castigado por “malo”, al menos en los 40 minutos que hemos paseado por ahí no ha dejado de tumbarse y levantarse… pobrecico! Salimos a ver la tortuga de piedra que hay a 200m a la izquierda de la puerta opuesta a la que hemos entrado…
Dedicada a Ariadna y su familia.
Se supone que había cuatro que marcaban los límites históricos de la ciudad y tenían función apotropaica (dedicado a Ana). Salimos y Mejet nos sube a la colina del Sur del monasterio a ver otra roca en forma de tortuga y otra en forma de pene, que se supone que se hizo para evitar la lujuria de los monjes… hace un poco de risa, la verdad.
Comemos en un sitio “de los de aquí” lo más parecido a un mini chiringuito cutre de playa pero en Enero, cuando están medio abandonados. Aunque está en una zona supe turística, justo en la entrada del templo. Tiene unos 8m2, una mesa grande con hule, y unos bancos repintados de azul. Dentro una cocina de 2m2 que abre directa al “salón” donde hay una señora preparando empanadillas. Comemos sopa de verduras con carne, tsuivan que son como empanadas de cordero pero hechas al vapor, y otras fritas que no sé como se llaman-… todo muy bueno.
Tras un rato de duda de saber por dónde seguir, pues queríamos ir al monasterio de Tövkhön pero el rio por lo visto va muy lleno, y no se puede atravesar e ir por la ruta normal, así es que tenemos que decidir si ir por otro camino, desviándonos o seguir con lo previsto y pasar la noche con una familia nómada, nos decantamos por lo primero, creemos que a mejet no le mola nuestra idea, además parece que esa ruta supone conducir más rato… ya veremos. Abandonamos los caminos asfaltados que parece que no vamos a volver a ver hasta dentro de 5 días, y nos metemos de nuevo por zonas sin camino definido 100% cruzamos el rio por un puente y vamos recorriendo el margen izquierdo del rio sin parar de dar botes dentro del jeep… hay varias zonas en la que pensamos que no vamos a poder pasar y nos planteamos decirle a Mejet que si no lo ve claro de la vuelta, pero al final llegamos a la parte del camino por la que él quería cruzar y se supone que ya estamos en terreno conocido, ahora bien para nosotros sigue habiendo trozos “del miedo”, y botes de un lado a otro…
Además no entendemos como se orienta, porque hay mil caminos, cada uno hacia distintos lados, se cruzan, discurren paralelos un rato, y luego se bifurcan… el paisaje es precioso, seguimos el Orkhon Gol, y circulamos por un amplíiisimo valle de tonos dorados salpicado de gers y animales pastando tranquilamente. Paramos a hacer alguna foto, y a la altura de “nosabemosqué” mejet gira a la derecha y nos adentramos en el valle que nos lleva al monasterio, donde vemos los primeros yaks de nuestra vida ¡qué animal más curioso! Tienen mucha lana colgando!! Molan mucho.
El camino se complica cada vez que el coche se inclina lateralmente Vane cierra los ojos y los demás la miramos para ver su cara. Es bastante entretenido, yo voy saltando de un lado a otro…
Además no entendemos como se orienta, porque hay mil caminos, cada uno hacia distintos lados, se cruzan, discurren paralelos un rato, y luego se bifurcan… el paisaje es precioso, seguimos el Orkhon Gol, y circulamos por un amplíiisimo valle de tonos dorados salpicado de gers y animales pastando tranquilamente. Paramos a hacer alguna foto, y a la altura de “nosabemosqué” mejet gira a la derecha y nos adentramos en el valle que nos lleva al monasterio, donde vemos los primeros yaks de nuestra vida ¡qué animal más curioso! Tienen mucha lana colgando!! Molan mucho.
El camino se complica cada vez que el coche se inclina lateralmente Vane cierra los ojos y los demás la miramos para ver su cara. Es bastante entretenido, yo voy saltando de un lado a otro…
Llegamos al monasterio. Mejet nos deja en un parking y nos dice que hay unos 2,5km de camino, comenzamos a andar por la nieve y poco a poco hemos ido subiendo hasta llegar arriba, donde en encallado en medio de unas rocas en la cima de una colina se encuentra el monasterio.
El sitio es precioso, y el camino también, los árboles tienen unos colores otoñales variadísimos, de nuevo ha salido el sol, y las vistas desde el monasterio son muy chulas. El monasterio se destruyó en 1937 y se construyó de nuevo con fondos públicos hace unos 10-15 años, es parecido a otros que hemos visto pero sin duda lo mejor de este es su ubicación. Además está muy tranquilo, vemos un monje rezar y un par de turistas que han subido a caballo pero nadie más. Emprendemos ruta de vuelta y deshacemos los 3km que finalmente había de camino. Es curioso hay carteles con flechas que indican el camino y la distancia que has recorrido, no la que te queda, con lo que es un poco lioso. Mejet nos espera (de nuevo a limpiado el coche: alfombrillas impecables) arrancamos en un suspiro… es que este hombre no para! Y seguimos ruta por otro valle, igual de chulo aunque esta vez vemos montañas nevadas de fondo…una de ella muy alta. Nos vamos aproximando y va anocheciendo, el camino cada vez es peor y nos sabe un poco mal, pasamos dos puentes de tablones medio levantados de madera que no pasarían una ITV de puentes ni de coña. Pasamos varios ger pero no paramos. Al final en una zona que hay cuatro o cinco paramos y se baja. Habla con la mujer, se acerca a uno de ellos y viene a por nosotros. Dormimos aquí. Es un ger algo más pequeño que ayer, con cinco camas en círculo, y la estufa en medio que a mujer se apresura a encender. Hay una bombilla que funciona con una batería de coche que está en medio del ger. Secamos las zapatillas, hacemos la cena: hoy Mejet no duerme con nosotros, así es que le damos un poco de fuet que trajimos de España antes de que se vaya a cenar al otro ger. Cenamos, y no tardamos mucho en irnos a dormir… ha sido un día muy completo, estamos algo cansados pero contentos, eso sí, la estufa da un calor espectacular: dentro del ger estamos en manga corta y cuesta meterse en el saco… ya vernos cuando se apague que pasa…
El sitio es precioso, y el camino también, los árboles tienen unos colores otoñales variadísimos, de nuevo ha salido el sol, y las vistas desde el monasterio son muy chulas. El monasterio se destruyó en 1937 y se construyó de nuevo con fondos públicos hace unos 10-15 años, es parecido a otros que hemos visto pero sin duda lo mejor de este es su ubicación. Además está muy tranquilo, vemos un monje rezar y un par de turistas que han subido a caballo pero nadie más. Emprendemos ruta de vuelta y deshacemos los 3km que finalmente había de camino. Es curioso hay carteles con flechas que indican el camino y la distancia que has recorrido, no la que te queda, con lo que es un poco lioso. Mejet nos espera (de nuevo a limpiado el coche: alfombrillas impecables) arrancamos en un suspiro… es que este hombre no para! Y seguimos ruta por otro valle, igual de chulo aunque esta vez vemos montañas nevadas de fondo…una de ella muy alta. Nos vamos aproximando y va anocheciendo, el camino cada vez es peor y nos sabe un poco mal, pasamos dos puentes de tablones medio levantados de madera que no pasarían una ITV de puentes ni de coña. Pasamos varios ger pero no paramos. Al final en una zona que hay cuatro o cinco paramos y se baja. Habla con la mujer, se acerca a uno de ellos y viene a por nosotros. Dormimos aquí. Es un ger algo más pequeño que ayer, con cinco camas en círculo, y la estufa en medio que a mujer se apresura a encender. Hay una bombilla que funciona con una batería de coche que está en medio del ger. Secamos las zapatillas, hacemos la cena: hoy Mejet no duerme con nosotros, así es que le damos un poco de fuet que trajimos de España antes de que se vaya a cenar al otro ger. Cenamos, y no tardamos mucho en irnos a dormir… ha sido un día muy completo, estamos algo cansados pero contentos, eso sí, la estufa da un calor espectacular: dentro del ger estamos en manga corta y cuesta meterse en el saco… ya vernos cuando se apague que pasa…
Bona nit!
Tercera jornada:
Nos levantamos a las 7:30 y tras desayunar cosas del país
Y recoger nos acercamos a la Orkhon Khürkhree que es una cascada que está a 200m de donde hemos dormido… en la guía pone que hay unos 10 meses al año que no lleva agua, pero tenemos suerte y cae con fuerza.
No es una caída muy larga pero el paraje es muy bonito… llegamos por la parte alta, la vemos desde arriba y después destrepamos un trozo de pared para verla desde abajo. Hacemos las fotillos de rigor, hace fresco, los laterales de la cascada tienen “chuzos de punta” y si metes la mano en el agua sacas trocitos de hielo… ganseamos un rato y volvemos a encontrarnos con Mejet (antes Javi baja de nuevo a por un guante que había perdido Vane…que cabeza). Pagamos (20.000 tugriks, tarifa estándar) y nos subimos al coche camino de nuestro siguiente destino. Hoy se prevé un día de bastante coche (jornada de transición). El primer tramo es por un valle parecido al de ayer, muy bonito, con riachuelos, colinas, animales pastando tranquilamente… paramos al lado de una manada de yaks ¡que pelazo! Y nos acercamos bastante pues nos dicen que no son peligrosos. El sol brilla y el cielo está completamente despejado, parece que hoy también tenemos suerte. Salimos del parque natural Khangai Nuruu y seguimos ruta. Llegamos a un pueblo y cuando pensamos que nos vamos a quedar si gasolina de repente aparece un pueblo. Repostamos y nos pregunta si comemos ahora o preferimos esperar a comer al siguiente sitio que nos dice que llegaremos tras una hora de viaje, aunque nos dice que en ese sitio solo hay una opción de comida. Son las 12:30, decidimos seguir ruta. El paisaje cambia, ahora es árida estepa con menos gers y muchos menos animales… es una zona con poco agua. Tras una hora y media de conducción “free style” aparece de fondo una carretera (asfaltada) perpendicular a nuestra ruta, donde aparecen un par de gers, uno de los cuales será nuestro “restaurante”. Entramos, hay una mujer y parece que estamos en su casa, es un espacio único donde hay un lavabo, una mesa, un sofá, un tocador, un altar y al centro una estufa de leña que se alimenta de “cacas´” de animal. Mejet nos dice que nos podemos sentar a verla cocinar (esto es un auténtico show cooking) Vemos como saca unas patatas y una cebolla, pela y corta. Nos damos cuenta de que a nuestro lado, sobre un mueble hay un trozo de carne cruda, parece la pata de un animal. Enfrente hay una tabla de madera en el suelo con otro buen jarrete, que la señora coge y se lleva al sofá donde se sienta a cortar varios trozos que serán parte de nuestra comida. Levanta la tapa de la estufa de leña y encaja una especie de wok donde empieza a cocinara fuego vivo. Cuando lleva un rato saca de un saco unos noodles caseros hechos a mano que pone también en el wok y lo sofríe. Huele genial. En breve está hecha la comida.
Nos pone unos platacos y unos tés mongolos (no hay otra cosa de beber). Es de las mejores cosas que hemos comido por aquí. Pagamos 14000 tugriks por los 4 y seguimos. Por supuesto no por la carretera asfaltada, sino por otro camino. Seguimos viendo estepa, el paisaje no es tan bonito como el de los otros días y es algo monótono, así es que damos algunas cabezadas durante el camino (parece increíble con la de botes que da el coche). Lo más relevante de este trayecto es que en una de las paradas nos encontramos con dos en una moto que se pararon a nuestra altura, sacaron unos prismáticos y tras un rato mirando se acercaron a la moto y sacaron ¡un teléfono fijo! Que montaron para hacer una llamada… También en una parada nos dimos cuenta de que una válvula de una rueda perdía, así es que en otro pueblo por ahí perdido (Saikhan-Ovoo) repostamos y fuimos a un taller. Mientras Mejet arreglaba la rueda nos dimos un paseo por el pueblo, bastante destartalado… la concepción de pueblo de aquí no es como la de un pueblo en España, calles anchísimas sin asfaltar y casas de una altura con una valla de madera viejuna…eso sí había de todo: tienda de móviles, concesionario de coches, ultramarinos, dos bancos, colegio, parque infantil, karaoke-pub… parecía el pueblo de “los niños” pues había por todas partes. Cuando Mejet acaba la reparación nos recoge como una exhalación en medio del pueblo y seguimos, al poco rato llegamos a Ongiin Khiid, es una pequeña zona montañosa al lado del rio Ongiin donde se encuentran las ruinas, bastante descuidadas, de dos monasterios, que al menos uno de ellos debió ser grandísimo. Hay también un pequeño monasterio construido en 2004 que más bien parece una casa de campo. Hay varios tourist camps, alguno hasta con sauna e internet. Nosotros vamos al último, el más austero de todos pues son conocidos de Mejet y parece que tampoco le mola mucho el rollo de los tourist Camps (y nosotros encantados!). En este ger hay un pequeño lavabo (un deposito que llenamos con agua de nuestro termo que desagua en una papelera que al menos nos permite asearnos un poco. También hay una bombilla y hasta un enchufe. No hay estufa pero Mejet nos ve cara de frio y nos consigue una estufa eléctrica que debe tener 50 años, pero bueno, algo calienta. El cielo de hoy es espectacular, no sé si alguna vez he visto tantas estrellas juntas y mira que al monte he ido muchas veces… se ven todas las constelaciones! Hasta la osa mayor y la osa menor a la vez! Cenamos y nos vamos a la camita que mañana hay que hacer bastantes km…
Y recoger nos acercamos a la Orkhon Khürkhree que es una cascada que está a 200m de donde hemos dormido… en la guía pone que hay unos 10 meses al año que no lleva agua, pero tenemos suerte y cae con fuerza.
No es una caída muy larga pero el paraje es muy bonito… llegamos por la parte alta, la vemos desde arriba y después destrepamos un trozo de pared para verla desde abajo. Hacemos las fotillos de rigor, hace fresco, los laterales de la cascada tienen “chuzos de punta” y si metes la mano en el agua sacas trocitos de hielo… ganseamos un rato y volvemos a encontrarnos con Mejet (antes Javi baja de nuevo a por un guante que había perdido Vane…que cabeza). Pagamos (20.000 tugriks, tarifa estándar) y nos subimos al coche camino de nuestro siguiente destino. Hoy se prevé un día de bastante coche (jornada de transición). El primer tramo es por un valle parecido al de ayer, muy bonito, con riachuelos, colinas, animales pastando tranquilamente… paramos al lado de una manada de yaks ¡que pelazo! Y nos acercamos bastante pues nos dicen que no son peligrosos. El sol brilla y el cielo está completamente despejado, parece que hoy también tenemos suerte. Salimos del parque natural Khangai Nuruu y seguimos ruta. Llegamos a un pueblo y cuando pensamos que nos vamos a quedar si gasolina de repente aparece un pueblo. Repostamos y nos pregunta si comemos ahora o preferimos esperar a comer al siguiente sitio que nos dice que llegaremos tras una hora de viaje, aunque nos dice que en ese sitio solo hay una opción de comida. Son las 12:30, decidimos seguir ruta. El paisaje cambia, ahora es árida estepa con menos gers y muchos menos animales… es una zona con poco agua. Tras una hora y media de conducción “free style” aparece de fondo una carretera (asfaltada) perpendicular a nuestra ruta, donde aparecen un par de gers, uno de los cuales será nuestro “restaurante”. Entramos, hay una mujer y parece que estamos en su casa, es un espacio único donde hay un lavabo, una mesa, un sofá, un tocador, un altar y al centro una estufa de leña que se alimenta de “cacas´” de animal. Mejet nos dice que nos podemos sentar a verla cocinar (esto es un auténtico show cooking) Vemos como saca unas patatas y una cebolla, pela y corta. Nos damos cuenta de que a nuestro lado, sobre un mueble hay un trozo de carne cruda, parece la pata de un animal. Enfrente hay una tabla de madera en el suelo con otro buen jarrete, que la señora coge y se lleva al sofá donde se sienta a cortar varios trozos que serán parte de nuestra comida. Levanta la tapa de la estufa de leña y encaja una especie de wok donde empieza a cocinara fuego vivo. Cuando lleva un rato saca de un saco unos noodles caseros hechos a mano que pone también en el wok y lo sofríe. Huele genial. En breve está hecha la comida.
Nos pone unos platacos y unos tés mongolos (no hay otra cosa de beber). Es de las mejores cosas que hemos comido por aquí. Pagamos 14000 tugriks por los 4 y seguimos. Por supuesto no por la carretera asfaltada, sino por otro camino. Seguimos viendo estepa, el paisaje no es tan bonito como el de los otros días y es algo monótono, así es que damos algunas cabezadas durante el camino (parece increíble con la de botes que da el coche). Lo más relevante de este trayecto es que en una de las paradas nos encontramos con dos en una moto que se pararon a nuestra altura, sacaron unos prismáticos y tras un rato mirando se acercaron a la moto y sacaron ¡un teléfono fijo! Que montaron para hacer una llamada… También en una parada nos dimos cuenta de que una válvula de una rueda perdía, así es que en otro pueblo por ahí perdido (Saikhan-Ovoo) repostamos y fuimos a un taller. Mientras Mejet arreglaba la rueda nos dimos un paseo por el pueblo, bastante destartalado… la concepción de pueblo de aquí no es como la de un pueblo en España, calles anchísimas sin asfaltar y casas de una altura con una valla de madera viejuna…eso sí había de todo: tienda de móviles, concesionario de coches, ultramarinos, dos bancos, colegio, parque infantil, karaoke-pub… parecía el pueblo de “los niños” pues había por todas partes. Cuando Mejet acaba la reparación nos recoge como una exhalación en medio del pueblo y seguimos, al poco rato llegamos a Ongiin Khiid, es una pequeña zona montañosa al lado del rio Ongiin donde se encuentran las ruinas, bastante descuidadas, de dos monasterios, que al menos uno de ellos debió ser grandísimo. Hay también un pequeño monasterio construido en 2004 que más bien parece una casa de campo. Hay varios tourist camps, alguno hasta con sauna e internet. Nosotros vamos al último, el más austero de todos pues son conocidos de Mejet y parece que tampoco le mola mucho el rollo de los tourist Camps (y nosotros encantados!). En este ger hay un pequeño lavabo (un deposito que llenamos con agua de nuestro termo que desagua en una papelera que al menos nos permite asearnos un poco. También hay una bombilla y hasta un enchufe. No hay estufa pero Mejet nos ve cara de frio y nos consigue una estufa eléctrica que debe tener 50 años, pero bueno, algo calienta. El cielo de hoy es espectacular, no sé si alguna vez he visto tantas estrellas juntas y mira que al monte he ido muchas veces… se ven todas las constelaciones! Hasta la osa mayor y la osa menor a la vez! Cenamos y nos vamos a la camita que mañana hay que hacer bastantes km…
06 octubre 2011
Nos despertamos a las 5:00 más o menos para prepararnos pues a las 6:30 llegamos a Ulan Bator. Desayunamos, recogemos, nos despedimos de Barbara y Barry (me han caído bien, ayer él me dijo que yo tenía mucha personalidad... :) Conozco a un coleguita nuevo que hay en el compartimento de al lado... es americano, de Iowa, y solo tiene dos añitos... nos hacemos una foto para el recuerdo.
Llegamos y en la estación nos está esperando Mejet, con un cartel con el nombre de Javi (¡que importante! podía haber puesto el mío...) a primera vista parece un tío majo.
Nos subimos con él al coche y nos vamos en dirección al guest house, donde se supone que vamos a dormir esta noche, aunque aún no hemos cerrado nada. Atravesamos el centro de U.B. (así lo llaman algunos, para acortar) hay poca gente y poco tráfico... Mejet nos dice que ya veremos luego... Llegamos a la casa, y aunque está cerca del centro, la zona parece un poco dudosa, pero una vez dentro está bien. Es un piso con dos habitaciones, baño, aseo y cocina, para nosotros solos. No es que sea nuevo pero a nosotros nos sobra. Además tiene internet y todo! Viene la mujer de Mejet (Bilget) que es la que "corta el bacalao" y con ella acabamos de organizar el tour para salir a la mañana siguiente. Al final nos decidimos por un tour de ocho días y no iremos a Datong, así podemos ir al Gobi, que era una de las cosas que más nos apetecía... a ver si vemos a Mortadelo y Filemón. Nos dan una hora para prepararnos y a las 9:15 nos recogen y nos llevan al centro. Menudo cambio en el tráfico! hay unos atascos impresionantes, y conducen como locos, parece que no tengan intermitentes ni ná...y pitan sin parar!. Nos acompañan a sacar dinero del cajero, a cambiar los últimos Rublos que nos quedaban por Tugriks, a la farmacia a por algo para el resfriado (no sea que nos pongamos malitos en el tour...) y luego a comprar los billetes para Zamyn-Üüd el miércoles a las 16:30. Queríamos ir en tren hasta Erlian, que hay uno que sale a las 20:00, pero los miércoles no circula, así es que nos quedaremos en el último pueblo de Mongolia y desde ahí buscaremos la forma de pasar a China a Erlian, el primer pueblo. Nos dicen que hay muchas taxis que se dedican a pasar a la gente de un lado a otro por un módico precio. Ah! una cosa, los billetes nacionales se compran en la propia estación pero los internacionales no, se sacan en otro edificio saliendo del parking de la estación, de espaldas a la misma, a mano izquierda.
Una vez terminadas las gestiones nos dejan en el centro de la ciudad, y nos encomendamos a Bilget, nos dicen que desde hace un par de años ay muchos carteristas por U.B., así es que le dejamos a ella nuestros pasaportes, 60.000 tugriks y las visas (¡esperemos que realmente sean de fiar!) nos quedamos en el Departamental Store, que es más o menos como el Corte Inglés de aquí, y después de dar una vuelta por dentro callejeamos, vemos tiendas de souvenir, nos encontramos con Juan canós, un señor de la Vall d'Uixo, que tiene un negocio de zapatos y está casado con una móngola (como dice él) nos cuenta un poco su vida y nos deja su tlf por si tenemos problemas. Vamos después a tomar café, encontramos un sitio de "los de aquí" y mientras planificamos la ruta nos tomamos nuestros primeros tés mongoles (regular regular...) y dos platos al tun tun de la carta, que resultaron ser salchicha frita con huevo y arroz y dim sum al vapor rellenos de carne, todo típico mongol y por menos de 3 € en total! vemos la plaza de Suhbaatar, donde está el parlamento, y está repleta de gente, también vemos unos recién casados haciéndose fotos en la escalinata del parlamento...
En la plaza hay un museo (cerrado) y un teatro donde hay mucha gente mayor en la puerta, pero no sabemos por qué. Como ya no es temporada turística los museos y templos tienen horarios más reducidos que en verano. Algunos museos incluso cierran varios días a la semana. Seguimos callejeando por el norte de la ciudad. Llega un momento en el que parece que se acaba la ciudad. No hay más calles asfaltadas y solo se ven vallas de madera hechas polvo, con gers dentro de alguna de las parcelas, calles de tierra...a primera vista podría parecer un barrio de chabolas... Para ir al monasterio se puede rodear esta zona o atravesarla. Decidimos atravesarla sin mayor problema. Luego podremos comprobar que este es el aspecto que tienen muchos pequeños pueblos del interior. y que es el origen de muchas ciudades de Mongolia. Tal vez también de esta. Visitamos el monasterio de Gandandegchenling, muy interesante, donde hay monjes budistas jovencitos cantando y estudiando... es una pena que no entendamos nada de la religión budista... vemos un buda inmenso, de más de 26 m de alto (la entrada al complejo es gratis pero para entrar a ese templo hay que pagar 3500 Tugriks por persona (los extranjeros). Por fin consigo hacer lo de “…yo yo yo yo yo yo quiero el cuchiiiiiiillo” ¡que momentazo!
Cambia el tiempo, esta mañana hacía sol. De repente aparece una tormenta de arena, y ahora llueve... ya os habían avisado de que en Mongolia es posible ver las cuatro estaciones del aun sólo día, y esto es solo el comienzo...
Seguimos callejeando, nos acercaos a la Tsuki House a ver si hay espectáculo de Danza mongola, que nos habían recomendado... pero parece que está cerrado. Nos vamos a comer a un sitio que nos dijo Bilget de especialidades mongolas, (Nomad House) donde pudimos probar órganos vitales de cordero, sopa extremadamente densa, y carne de cinco tipos distintos de animales. Es la comida típica de los nómadas que necesitan mucha energía para el frio invierno... para nosotros un poco cebatil, pero a pesar de lo que pueda parecer nos gustó prácticamente todo.
Después de comer seguimos conociendo la ciudad, vemos otro monasterio, la biblioteca, un monasterio convertido en museo, y una especie de teatro donde sí hay espectáculo de danza y música mongola, pero llegamos tarde y además la entrada valía 20.000 tugriks por persona por lo que lo dejamos pa otra vez. Vamos al supermercado a comprar algo para cenar y al llegar hay un "segurata" que nos hace dejar los bolsos en unas taquillas sin llave ni nada, que se supone que el vigila (ay madre) compramos, salimos, y todo sigue ahí. (menos mal!). La verdad es que esta ciudad es para verla, por muchas fotos que hagamos jamás se podrá percibir el caos reinante y las cosas algo surrealistas para nuestra mentalidad occidental que vemos por la calle. Hay muchas calles sin asfaltar, aceras (donde hay) con el pavimento levantado, montañas de arena, zanjas que llevan abiertas meses como poco, más del 80% de las farolas que vemos no funcionan, ya que parece que el cableado se lo ha llevado alguien, más de la mitad de las alcantarillas sin tapa (bastante peligroso), dos carriles por los que circulan tres filas de coches, pasos de cebra que no respeta nadie, gente cruzando la calle a lo burro cuando vienen coches en los dos sentidos, coches que se cruzan o cambian de dirección sin tan siquiera señalizarlo... y es que encima la mitad de los coches tienen el volante a la izquierda y la otra mitad a la derecha (importados en Japón de segunda mano)...lío total. Sin duda es la ciudad más caótica que he conocido. Además aquí tiene una concepción del espacio vital distinta a la nuestra, la gente presiona en las colas de un modo impresionante, parece que tengan prisa... y otras curiosidades: hemos visto gente en la calle con puestecillos de tabaco o caramelos sueltos que también tienen un teléfono fijo con antena para que la gente realice llamadas desde allí. Otros con una báscula como la que había en casa de nuestros abuelos donde la gente se pesa en medio de la calle (pagando)...
Pero hay muchas cosas aquí que nos han gustado: son super honrados, al menos con los que hemos tratado directamente no hemos tenido ninguna sensación de que nos quisieran engañar, además es un gusto que los carteles están todos en mongol y en inglés, la gente de los bares, tiendas, estación, aduana... hablan todos en inglés, aunque sea un poco, lo que permite entenderte perfectamente, por lo que en este sentido parece que están mucho más avanzados que en Rusia (al menos por lo que nosotros hemos vivido allí). Nos llama la atención que hay un montón de sedes internacionales (de la OMS, ONU, UNESCO, entre otras) y también vemos muchos coches de lujo y algunas urbanizaciones con seguridad privada, edificios muy modernos... en definitiva esta es una ciudad de contrastes.
A pesar del caos reinante en ningún momento nos hemos sentido inseguros (bueno quizá cruzando la calle) lo cual no quiere decir que no pasen cosas, pero al menos para nosotros ha sido una experiencia positiva... no sé yo si nos vendríamos a vivir aquí pero desde luego es una ciudad que merece la pena conocer.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)