25 septiembre 2011
Pues aquí estamos de nuevo desde el tren. Vaya aventurilla!!
Nos quedamos de camino a Yekaterimburgo, ¿no? Bueno, pues llegamos por la mañana, a eso de las 11:30 o así… el cielo gris plomizo nos acompaña desde el primer día. Dejamos las cosas en la consigna (¡¡vaya pintas!) y empezamos la ruta por la ciudad. Esta ciudad es famosa por ser donde asesinaron a los últimos Zares, los Romanov, en 1918. Y está todo lo montado alrededor de eso. Hay una iglesia en el sitio exacto donde los mataron (Iglesia de la Sangre Derramada), y un memorial al lado. Callejeamos por la ciudad, paseamos por una calle peatonal con muchas tiendas y entramos a un bar con internet, desde donde colgué el último post… La especialidad son los rollos de canela, los que conozcáis a Rubén imaginaros lo que le moló. Seguimos paseando por el centro, vimos alguna iglesia más ortodoxa, el ayuntamiento,… la verdad es que las iglesias ortodoxas son tan diferentes de lo que estamos acostumbrados!
Comenzó a llover y entramos a una panadería a comprar algo de comer arriesgamos y acertamos…más o menos: una cosa de carne y la otra de manzana. Pero estaba todo bueno. Fuimos a la oficina de turismo, a preguntar cómo se iba a Ganina Yama, un monasterio que queríamos visitar y que es de lo más turístico, pero no lo tenían muy claro. Nos mandaron a la estación de tren a preguntar. Cogimos el metro y preguntamos a un poli… nos dijo que pilláramos “un autobús”. Al final a base de preguntar con el nombre de sitio escrito en un papel conseguimos saber que bus llegaba al monasterio. El número 017, que se coge justo en frente de la estación a mano derecha (ya os pondré una foto por si alguien va, que le sea fácil de encontrar) Vale 23 rublos por persona, y es una furgo pequeña que tarda más de una hora en llegar porque pillamos un atasco espectacular.. Al final cuando llegamos al complejo monástico podíamos quedarnos 20 minutos o dos horas y media, porque esos eran los horarios de los buses de vuelta…estaban cerrando así es que nos dimos un paseo y nos volvimos a la ciudad.
Es bastante interesante porque se ve que es un sitio de peregrinación construido hace unos 11 años que para la iglesia ortodoxa es muy importante porque entienden que ahí se conservan los restos de los Romanov (después de muertos se los llevaron al bosque y ahí los quemaron, y es en ese punto donde han construido el monasterio) aunque hemos leído que los restos se encuentran enterrados en San Petersburgo… un lio, vamos.
Cenamos en un bareto de dudosa apariencia al lado de la estación cosas del lugar: sopa, brochetas, carne gratinada… estaba bueno. Hicimos algo de tiempo y al tren, donde coincidimos con cuatro españoles que están haciendo una ruta parecida a la nuestra pero un mes en vez de tres semanas… nos tocó un tren nuevecito y nuestra primera experiencia en tercera clase fue bastante buena. Es un vagón donde duermen unas 60 personas en literas dobles… son como compartimentos de cuatro (dos literas dobles perpendiculares al sentido del tren, un pasillo, y una litera paralela al pasillo. Todo sin cerrar. A lo mejor con la foto que os pongo os podéis hacer una idea… no estuvo mal, dormimos bastante bien.
Al día siguiente llegamos a Tobolsk tempranito, y nos costó un rato pero conseguimos comprar los billetes para nuestro siguiente trayecto. Llegar a Irkutsk previa parada en Tyumen. Javi hizo unos dibujitos, se escribió unas palabritas, se hizo colega de la taquillera e incluso le pidió las sábanas para el tren. Después dejamos las cosas en la consigna, que aquí es de taquillas y se paga por taquilla, no por bulto. De hecho pagamos 4 y como cabían en tres nos devolvieron el dinero de una y todo!
Tobolsk fue la primera capital de Siberia, y aunque no está en la línea principal del Transmongoliano nosotros decidimos desviarnos porque pensamos que podía ser interesante conocerla, y la verdad es que no nos decepcionó. Cogimos el bus número 20 al centro. Y había unas señoras que no paraban de reírse con nosotros intentando entendernos, al final hasta le dijeron al conductor que nos parara en el centro (El centro de Tobolsk está a unos 10km de la estación) acabamos haciéndonos unas fotos con ellas y todo. Visitamos el “Old Town” que son casa de madera dispersas, calles sin asfaltar y sin servicios… (Sacan el agua de fuentes de esas que hay que bombear). Hay un montón de iglesias que están para restaurar pero se ve que llevan años así…
hay una mezquita, una iglesia católica.... pero nos cuesta muchiiisimo encontrar un bar para hacer un desayuno-almuerzo… al final encontramos uno en frente del museo del zar Nicolás II. Salió el sol por primera vez y llegamos a ponernos en manga corta y todo!! Cuando íbamos andando por la ciudad vieja Javi se asomó a un edificio pensando que era el Casa de la Cultura Tártara Siberiana, se acercó un conserje, luego otra señora con un montón de dientes de oro, y nos invitaron a pasar y nos enseñaron el edificio, que resultó ser el colegio más antiguo de la ciudad, donde Mendeleiev (el de la tabla periódica) fue director. Tienen un pequeño museo de antigüedades, nos enseñan orgullosas su salón de actos y el resto de instalaciones. Estuvieron buscando todo el rato alguien que hablara inglés pero no había nadie en ese momento… Pero entre signos y gestos nos acabamos entendiendo. Acabamos la visita muy agradecidos y seguimos ruta. Entramos en la Iglesia del Arcángel Miguel, y subimos hacia el kremlin. Visitamos el kremlin, donde hay un museo, la iglesia de Santa Sofía (que está cerrada), una pequeñita que es la de la Intercesión (entramos y estaban rezando o en misa), una cárcel y otras edificaciones. Hay un paseo alrededor de la muralla desde donde se contemplan unas vistas estupendas de la ciudad vieja y el río Yrtysh.
El kremlin y sus alrededores están muy cuidados, pero solo la parte que se ve, pues paseando por detrás se veía que alguno de los edificios están sólo restaurados por delante.
Tobolsk es una ciudad de contrastes, realmente parecen dos ciudades diferentes, Rubén dice que dos países… la parte vieja parece haberse quedado anclada en sus orígenes, parece un pueblo rural antiguo, mientras que la parte alta se asemeja más a una ciudad de la época soviética, abundan los edificios altos pero mal conservados, el transporte público funciona con normalidad pero son autobuses destartalados, hay tiendas, y las calles están medio asfaltadas. Todo tiene un aire de ciudad decadente en esta zona, y los servicios son “reguleros”. De hecho de repente comenzó a llover… (¡Con el sol que hacía!) Y las calles se inundaron de agua (la red de saneamiento no funciona muy allá). Estuvimos buscando un sitio para comer por la parte nueva pero tampoco vimos nada... Al final compramos cosas en un súper y comemos en unos bancos de un jardín)

Después de mucho buscar encontramos un barecito para tomar una cervecilla antes de ir de compras para abastecernos de comida para el tren, hay que desayunar, comer y cenar dos días y amenizar las 50 horas que nos esperan de viaje. Volvemos a la estación en el bus 4, sacamos las cosas de la consigna y nos despedimos de los españoles, que cogen otro tren. Subimos a un tren bastante más viejuno y compartimos espacio, de nuevo en Platskartni (tercera clase) con dos tíos que hablan alguna palabra de inglés… Vane y Yo nos dormimos, y Pablo, Javi y Rubén alternan con sus colegas, ven fotos y hasta comparten comida, también aparece un marinero moldavo que sabía algo de español ero que era muy muy pesado y chillaba mucho…menos mal que se fue pronto. A la 1:20 de la noche bajamos en Tyumen, nos despedimos, esperamos media horita y nos subimos a otro tren, este sí, 50 horas destino Irkutsk, de nuevo en Platskartni. No nos han tocado las 4 plazas juntas, no había. Así es que compartimos espacio con un señor chino con cara seria y una señora que ronca más que Pablo y Rubén juntos… prfff ya veremos si dormimos. Finalmente entre que dejamos las mochilas etc. la señora cambia de posición y deja de roncar… aprovechamos el momento y caemos KO.

hay una mezquita, una iglesia católica.... pero nos cuesta muchiiisimo encontrar un bar para hacer un desayuno-almuerzo… al final encontramos uno en frente del museo del zar Nicolás II. Salió el sol por primera vez y llegamos a ponernos en manga corta y todo!! Cuando íbamos andando por la ciudad vieja Javi se asomó a un edificio pensando que era el Casa de la Cultura Tártara Siberiana, se acercó un conserje, luego otra señora con un montón de dientes de oro, y nos invitaron a pasar y nos enseñaron el edificio, que resultó ser el colegio más antiguo de la ciudad, donde Mendeleiev (el de la tabla periódica) fue director. Tienen un pequeño museo de antigüedades, nos enseñan orgullosas su salón de actos y el resto de instalaciones. Estuvieron buscando todo el rato alguien que hablara inglés pero no había nadie en ese momento… Pero entre signos y gestos nos acabamos entendiendo. Acabamos la visita muy agradecidos y seguimos ruta. Entramos en la Iglesia del Arcángel Miguel, y subimos hacia el kremlin. Visitamos el kremlin, donde hay un museo, la iglesia de Santa Sofía (que está cerrada), una pequeñita que es la de la Intercesión (entramos y estaban rezando o en misa), una cárcel y otras edificaciones. Hay un paseo alrededor de la muralla desde donde se contemplan unas vistas estupendas de la ciudad vieja y el río Yrtysh.

El kremlin y sus alrededores están muy cuidados, pero solo la parte que se ve, pues paseando por detrás se veía que alguno de los edificios están sólo restaurados por delante.
Tobolsk es una ciudad de contrastes, realmente parecen dos ciudades diferentes, Rubén dice que dos países… la parte vieja parece haberse quedado anclada en sus orígenes, parece un pueblo rural antiguo, mientras que la parte alta se asemeja más a una ciudad de la época soviética, abundan los edificios altos pero mal conservados, el transporte público funciona con normalidad pero son autobuses destartalados, hay tiendas, y las calles están medio asfaltadas. Todo tiene un aire de ciudad decadente en esta zona, y los servicios son “reguleros”. De hecho de repente comenzó a llover… (¡Con el sol que hacía!) Y las calles se inundaron de agua (la red de saneamiento no funciona muy allá). Estuvimos buscando un sitio para comer por la parte nueva pero tampoco vimos nada... Al final compramos cosas en un súper y comemos en unos bancos de un jardín)

Después de mucho buscar encontramos un barecito para tomar una cervecilla antes de ir de compras para abastecernos de comida para el tren, hay que desayunar, comer y cenar dos días y amenizar las 50 horas que nos esperan de viaje. Volvemos a la estación en el bus 4, sacamos las cosas de la consigna y nos despedimos de los españoles, que cogen otro tren. Subimos a un tren bastante más viejuno y compartimos espacio, de nuevo en Platskartni (tercera clase) con dos tíos que hablan alguna palabra de inglés… Vane y Yo nos dormimos, y Pablo, Javi y Rubén alternan con sus colegas, ven fotos y hasta comparten comida, también aparece un marinero moldavo que sabía algo de español ero que era muy muy pesado y chillaba mucho…menos mal que se fue pronto. A la 1:20 de la noche bajamos en Tyumen, nos despedimos, esperamos media horita y nos subimos a otro tren, este sí, 50 horas destino Irkutsk, de nuevo en Platskartni. No nos han tocado las 4 plazas juntas, no había. Así es que compartimos espacio con un señor chino con cara seria y una señora que ronca más que Pablo y Rubén juntos… prfff ya veremos si dormimos. Finalmente entre que dejamos las mochilas etc. la señora cambia de posición y deja de roncar… aprovechamos el momento y caemos KO.
Nos despertamos poco a poco y comienzan a pasar las horas en el tren. Creíamos que nos aburriríamos, nos habíamos traído un libro cada uno, el brandi dog, pelis y series en el ordenador…incluso alguna cosa de curro… pero no nos da tiempo de nada. Esto es mucho más entretenido de lo que nos imaginábamos. Desayunamos, nos aseamos, vemos el paisaje, observamos a las distintas personas que suben y bajan de las estaciones, distintos rasgos, distintas culturas, algunos más europeos, otros más asiáticos… en nuestro vagón somos los únicos extranjeros. Algunos nos observan con curiosidad, otros nos preguntan de dónde somos con un “Ja Ruski”, y nos señalan para que les expliquemos de dónde venimos. Decimos spanii, o spanski… y se preguntan qué hacemos aquí. Pasa por nuestro espacio compartido, después de la señora que ronca, un chico muy callado que se bebe cuatro birras en un ratico, un jugador de hockey que además es francotirador del ejército, una señora que primero parece tímida pero poco a poco se ha ido soltando (serán las birras, que también se ha bebido alguna que otra) y se ha empeñado en hacerse varias fotos conmigo…
A nuestro lado se sienta Julia, una periodista de 26 años que se defiende en inglés dignamente y que nos explica muchas cosas de su país y nos hace de traductora con otras personas. Nos preguntan cosas curiosas como si los españoles pensamos que en Rusia hay osos por la calle o si creemos que es un país con alto índice de criminalidad.
El tren es el más viejuno que nos ha tocado, los baños son dignos de ver… hay dos mujeres que se encargan de cada vagón por turnos: una de mañana y una de noches. Cierran los baños cuando llegamos a una estación (porque estos baños son de los de agujero que cae todo a la vía), limpian el vagón cuatro veces al día con una escoba corta de paja mojada y un pseudomocho que es una T de madera con un trapo enganchado por abajo. También se encargan de tener el samovar operativo(que es una especie de termo que contiene agua casi hirviendo), pues aquí todo el mundo lleva tazas incluso de cristal o cerámica y té para amenizar el viaje, y no paran de ir y venir llenándolas. Algunos están todo el día comiendo noodles, que vienen en unos cuencos de poliestireno que se llenan de agua y en tres minutos están cocinados. Por supuesto que nosotros también llevamos noodles para comer y cenar y tazas, peo las nuestras son metálicas, de esas de ir al monte. Además llevamos todos un kit de ropa cómoda y chanclas para el tren. Como veis estamos totalmente integrados…
Entre conversaciones, paradas en estaciones en las que bajamos a ver qué hay por el andén, tés, cervezas y algún que otro snack pasan las horas sin que nos enteremos. Hemos bajado en un montón de sitios; Omsk, Novosibirsk, Krasnoyarsk… hasta que por fin, en una pequeña estación nos topamos con un montón de abuelitas vendiendo cosas de comer con el género en una manta sobre el suelo… tienen patatas hervidas, huevos duros, pescados secos, mil cosas fritas y empanadas… compramos unos blinis de nosabemosqué y un snack ahumado que probaron el otro día Pablo, Javi y Rubén y pensamos que es carne de vaca.
La señora de al lado (Elena) nos propone comprar una especie de piñones que se parten con la boca... está bueno y nos compra una bolsa que nos cuesta 100 rublos. También se acerca cuando estamos comprando el snack y regatea con la vendedora, sacándole 10 rublos de ahorro. Cuando llegamos arriba preguntamos que es lo que hemos comprado y nos dicen que queso ahumado. Pensamos que no nos estamos entendiendo, convencidos de que es carne… pero no, finalmente es así… es queso. Qué pelotazo.
La señora de al lado (Elena) nos propone comprar una especie de piñones que se parten con la boca... está bueno y nos compra una bolsa que nos cuesta 100 rublos. También se acerca cuando estamos comprando el snack y regatea con la vendedora, sacándole 10 rublos de ahorro. Cuando llegamos arriba preguntamos que es lo que hemos comprado y nos dicen que queso ahumado. Pensamos que no nos estamos entendiendo, convencidos de que es carne… pero no, finalmente es así… es queso. Qué pelotazo.
Elena se empeña en que le enseñemos fotos de la familia… pero solo hay fotos mías en el ordenador, en el pirineo, en suiza… vamos las que tengo en el facebook que todos conocéis) al final encontramos alguna foto de las familias para que os vean… dice que sois muy atractivos :)
Cuando lleguemos a Irkutsk serán 5 horas más que en Moscú, así es que poco a poco vamos adaptando nuestros horarios de comidas y horas de sueño para no notar mucho cambio cuando lleguemos, que serán las 4:36 de la mañana en Moscú y las 9:36 en Irkutsk. Esto de los horarios es un poco de lío porque todos los trenes se rigen por el horario de Moscú, y en las estaciones tienen dos relojes, una con el horario local y otro con el horario moscovita. Los billetes y las paradas aparecen en horario de Moscú.
Ahora son las 17:00 en España, las 19.00 en Moscú y las 00:00 en Irkutsk, así es que nos vamos a dormir!!
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