19 septiembre 2009
Ya estoy de nuevo por aquí y esta vez un poco cansado y con algo de resaca ya que mi última escapada con la familia ha sido a SAN FERMIN…. ¡Viva!
La verdad es que llevamos ya unos años yendo todos juntos pero nunca me canso. Son unas fiestas que recomiendo probar a todo el mundo por lo menos una vez en la vida porque se viven muy intensamente, todo el mundo va por la calle bebiendo y bailando con las charangas y el buen rollo que hay en el ambiente se nota. De los encierros… todavía soy demasiado pequeño según mis padres para entrar así que mejor preguntarles a ellos.
Este año hemos ido los de siempre: Chino, Pepito, Panagiota (que vino luego directamente a Pamplona), mis padres y yo (Manolo ya está muy mayor..) y como invitado especial Angel, un amigo de mi papa de Orihuela que también lo ha disfrutado.
Nos levantamos el sábado a las 5 de la mañana (muy pocas veces repetiré esto) en Zaragoza, nos vestimos con la indumentaria reglamentaria todo de blanco y pañuelico y fajin rojo y nos fuimos para Pamplona donde llegamos sobre las 6:45. Después de aparcar en nuestro sitio habitual nos fuimos para el encierro porque mi Papa y mi tío son de los que les gusta un poco el riesgo. La sorpresa fue que este año mi mama decidió entrar también así que yo me quede con mi tio segundo “el chino” que es más sensato, bueno y un poco más gandul.. jeje. Después del encierro que se saldo sin mayores problemas para mi familia, luego me confesaron que habían sido un poco los típicos que entran a la plaza mucho antes de que lleguen los toros, nos fuimos a empezar la fiesta de verdad… ALMORZANDO!!
Tras reponer fuerzas y empezar con los Katxis de cerveza y los orujos de hierbas nos fuimos ya al barrio viejo a seguir a las charangas que se van cruzando por las calles. Como es normal pusimos un buen bote (yo casi siempre me escaqueo y son mi papis los que pagan..) y empezamos a darle salida con cervecita por aquí y por allá pasando por la plaza consistorial:
Seguimos bajando hasta donde ponen a San Fermín para los encierros pero como el no estaba pues me puse yo en su sitio…lo siento Navarricos pero es que necesitaba una fotico alli.
Como nos estábamos poniendo ya un poco tonticos con los Katxis pensamos que era buena idea comer algo y nos fuimos a la calle estafeta al bar de la novia de Pablo (Bar “Estafeta”) donde hacen unos pintxos muy buenos como podéis ver en la foto:
Por supuesto seguimos bebiendo cervecita fresca y de aquí nos fuimos a tomar café con más orujo (menudo vaso nos pusieron) y a esperar a que abrieran el Gazteleku (o algo así), que es un sitio que está en la gran plaza del Castillo (ver la foto de abajo) donde ponen unas jarras de sorbete de limón que están demasiado buenas y que entran demasiado bien… que peligro.
Aquí se nos unieron Patri e Igor para seguir con la fiesta y tras bebernos unas cuantas jarras nos fuimos hacia casa de Koldo que es un sitio que hay en la parte alta del casco viejo donde se puede descansar un rato en el césped (cosa que por supuesto hicimos) y también tomar algo (cosa que también hicimos nada más terminar el descanso).
De aquí seguimos con la fiesta y las charangas en la calle paralela a Estafeta y luego nos fuimos a cenar unos bocatas al lado de la fuente de Navarreria, que por cierto han quitado este año… ¿?. Por supuesto después de cenar un buen patxarán y a ver los Miuras en el corral de Santo Domingo (que toros más grandes, no se si entraré algún día al encierro..).
Para terminar la fiesta nos fuimos a una verbena cerca de donde están todos los puestos de ropa, collares y todo eso, donde nos tomamos algún que otro Katxi más y además compramos un globo de helio pero no os diré que hicimos con el… jeje. En esta verbena perdimos al Chino que dice que estuvo de fiesta en otro lado de la plaza pero yo creo que se quedó KO en algún banco.
Como estábamos destrozados nos fuimos a dormir con la primera idea de levantarnos para ir al encierro, idea que descartamos rápidamente por el estado de nuestros cuerpos. Al día siguiente, buen almuerzo-comida para recuperar, vuelta por el centro para vivir el ambiente un poco más, paseo hasta la estación de autobuses para acompañar a Panagiota y a los coches para Zaragoza que un año más lo hemos dado todo.
Al llegar a Zaragoza aún nos tomamos una cervecita para no hacer sufrir al cuerpo y luego a casa a cenar unas pizzas y a dormir. La verdad es que ha sido un fin de semana muy intenso pero como siempre ha valido la pena y un año más puedo decir que he sobrevivido a las fiestas de mi pueblo, LA ENCINA, y a San Fermín donde sin duda volveré al año que viene.
HASTA PRONTO!!